La Villa de don Fadrique vivió este pasado jueves, 11 de septiembre, el día grande de la Feria y Fiestas con la multitudinaria Procesión en honor al Santísimo Cristo del Consuelo con los mismos ingredientes de siempre, que no son otros que la solemnidad, la devoción y el fervor de todo un pueblo que acude a su cita con el calendario de manera fiel, dando cumplimento con la tradición de salir a las calles a acompañar a su patrón y benefactor, este año, además acompañado de los sacerdotes, hijos del pueblo, más los que se sumaron de otros pueblos, presididos por su nuevo párroco, el alcalderteño Juan Miguel Romeralo. Más de medio centenar de militares, guardia civiles y policías nacionales, también de origen fadriqueño, dieron solemnidad a este evento, junto a la representación política, que este año fue también muy numerosa, con alcaldes y concejales venidos de diferente pueblos de la comarca. Representantes de todas las hermandades y cofradías con sus estandartes abrieron el paso procesional por delante de la Banda de Música "La Fadriqueña" que dirige Rubén Infante, en esta ocasión de una manera muy especial en sus bodas de plata, 25 años desde su fundación. El cortejo procesional fue interminable con numerosos fieles de la localidad y también de otros lugares de la comarca, que no quisieron perderse esta Procesión en honor al Santísimo Cristo del Consuelo, la más multitudinaria de La Mancha junto a la del Santísimo Cristo de la Salud de la vecina La Puebla de Almoradiel.
La comitiva civil la presidió el alcalde, Jaime Santos Simón, que estuvo acompañado de la corporación municipal, la pregonera Inmaculada Díaz-Maroto Cicuéndez, la jueza de Paz, los alcaldes de Lillo (Julián Sánchez Casas), de La Puebla de Almoradiel (Alberto Tostado), de Quintanar de la Orden (Pablo Nieto), de Cabezamesada (Mª Ángeles Herrero), de El Romeral (Francisca Polán), la diputada provincial de Villanueva de Alcardete y alcaldesa (Mª Dolores Verdúguez), el alcalde de Villanueva de Bogas, José Miguel Rodríguez Martín, el alcalde de Villamayor de Santiago, Jesús Fernández Fernández y la alcaldesa de La Guardia, Marta Maroto; junto a concejales de El Toboso y Quintanar de la Orden entre otros. A la comitiva se le sumó la Policía Municipal, miembros de la Guardia Civil, Policía Nacional y del Ejército en gran número, hijos de La Villa de don Fadrique. Y por todo el recorrido, miembros de Protección Civil de la población fadriqueña, pero también de municipios vecinos, que pusieron su grano de arena para que todo saliera perfecto.
Y por último, pero no menos importante, fieles y devotos de la población fadriqueña, en masa, pero también de muchos pueblos de la comarca, ausentes y presentes, una multitud que acompañó al Santísimo Cristo del Consuelo, patrono y benefactor de La Villa de don Fadrique, por todo el recorrido procesional por sus calles durante más de dos horas, con parada en la Ermita de Santa Ana, con la primera quema de fuegos artificiales, como marca la tradición, con el mismo fervor, pasión y devoción de siempre, con el mismo respeto y la mayor de las solemnidades, para suplicarle consuelo y en agradecimiento, con el pensamiento de muchos en la gente que lo necesita, en los que no están pero estuvieron, y los que están pero no pudieron acudir a la cita por motivos laborales o personales, en definitiva, así concluyó el día grande de las fiestas patronales de la localidad fadriqueña.
Tras el recorrido, la magna procesión concluyó con la segunda y definitiva quema de fuegos artificiales y salvas en honor al patrón, mientras se posó en la puerta barroca de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción del siglo XVIII, al ritmo del repicar de campanas y las posteriores notas de la Banda de Música "La Fadriqueña". Muchos inmortalizaron el momento con sus móviles y cámaras en la Plaza de la Glorieta, con ese marco inconfundible e incomparable, bajo la luz de las estrellas y la luna, en ese camino interior que, cada cual, dirigió con su mirada a los ojos del Santísimo Cristo del Consuelo. Una vez finalizados los honores, pasó al templo, y allí, delante de la imagen, otra vez los fadriqueños lo contemplaron, queriendo inmortalizar otro año más ese momento tan especial que es el encuentro con su patrón de manera íntima y pública, todo a la vez.