Este viernes, 17 de mayo, se cumplen 94 años del 'Milagro' obrado por el Santísimo Cristo del Consuelo, patrón de La Villa de Don Fadrique. Por tal motivo, los fadriqueños y fadriqueñas, desde 1925, honran a su Patrón con un triduo, con la posterior función religiosa, que concluye con una gran ofrenda floral.
Tras los triduos que se han celebrado estos días, este viernes, tendrá lugar la Función religiosa a las 20.00h, y tras la cual se realizará la tradicional Ofrenda Floral, que contará con la participación de la Banda de Música local, 'La Fadriqueña', así como con la actuación de la Asociación de Baile 'El Alba'.
CUMPLIENDO CON LA TRADICIÓN
La Villa de Don Fadrique, así pues, tiene grabado en oro esta fecha en su calendario, el 17 de mayo. Porque fue un día como hoy, pero de 1925, cuando el pueblo, azotado por una gravísima sequía que estaba esquilmando los campos y las cosechas, sacó en rogativas a su patrón el Santísimo Cristo del Consuelo, pidiéndole que lloviera, y llovió. Y desde entonces, el pueblo, agradecido a su benefactor, le dedica una solemne función religiosa que finaliza con una ofrenda floral a las puertas del templo parroquial, que hoy arrancará a las ocho y media de la tarde en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción.
Cuenta la tradición oral que ese día de aquel año, elegido para la rogativa, se sacó en procesión al Santísimo Cristo del Consuelo desde la Parroquia de Ntra. Sra. La Asunción en dirección al Pozo de los Caramelos, situado en la carretera de Quero donde está en la actualidad la Torre del Agua. Hacía una tarde muy soleada, pero conforme avanzaba la comitiva se fue nublando y ya desde la plaza empezó a caer una lluvia fina. Esto anímó a todos a seguir la procesión hasta el final previsto y hasta ahí cayó una lluvia torrencial que dejó a todo el mundo empapado, sin embargo nadie sufrió ningún resfriado ni nada parecido.
Según la narración de dos testigos de excepción en La Villa de Don Fadrique de aquel día, las dos centenarias de la localidad, Benita Santos y Salustiana Aguado que en paz descansen, el milagro sucedió mientras se hacía la rogativa que empezó con un sol deslumbrante y, a medio camino de la procesión, empezaron a aparecer grandes y negros nubarrones en el cielo que desencadenaron una incesante lluvia que hizo salvar los sedientos campos, y la maltrecha economía local por esta pertinaz sequía que aquí concluyó.
Según narraban la dos abuelas fadriqueñas, “hay un canto que cuenta lo que pasó aquel día, todos los ricos se querían volver y los pobres dijeron arriba con él”. La cuestión es que, en medio de un diluvio, siguió la marcha hasta su destino, y, al llegar al Pozo de los Caramelos, “una blanca paloma se posó encima del Cristo. Todo el mundo acabó empapado, indicaron las dos centenarias, a la gente le encogieron las ropas que vestían y a los hombres le destiñeron sobre la cara las boinas, que eran tintadas, y, a pesar de la gran lluvia, cuentan las crónicas que el médico certificó que nadie cogió ni un mal resfriado.”
Desde entonces, todos los años se celebra esta función de Acción de Gracias que finaliza tras un triduo en su honor. También ha salido en rogativas otras muchas veces, la última en el 2000 por el 75 Aniversario, y siempre que la sequía amenazó de sed los castigados campos de La Mancha.
Ese mismo día, pero dos horas más tarde, a las seis, está documentado que en Villatobas también hicieron una rogativa con el Cristo de la Humildad e igualmente obró el milagro en aquella cercana población toledana, que también lo recuerda con un programa muy parecido al fadriqueño.
Así narran algunos versos de la poesía que compuso para recordar aquel milagro, el doctor Juan Salva García-Molero.
...Ante Él gime el labrador
que bañado en frío sudor
y dejando el fuerte arado
a su hogar vuelve cansado
terminada su labor.
Pues al ver que el Sol que abrasa
sus pocos bienes arrasa
muéstrase triste y sombrio
y un sudor mucho más frío
por su pobre cuerpo pasa.
Y allí los ricos señores
de extensísimas labores
inclinan su altiva frente
pidiendo al Cristo clemente
cual humildes labradores...
...
Y sin nubes en el cielo
despejado se halla el día
y aunque existe algún recelo
en el Cristo del Consuelo
el pueblo entero confía.
...
Y la negra oscuridad
lentamente se acentúa y con gran solemnidad
la divina autoridad
por la plaza continúa.
...
Y una lluvia fina y lenta
que a muchos les representa
el pan con que han de vivir
viene el campo a redimir
y por instantes aumenta.