Salustiana Aguado Alcañiz, la abuela de La Villa de Don Fadrique que el próximo 27 de enero cumpliría 105 años, ha fallecido, y deja atrás el cariñoso y amigable recuerdo de cuantos la hemos conocido. El alcalde de la población fadriqueña, Juan Agustín González Checa, en nombre de toda la Corporación Municipal, ha mostrado a la familia su dolor por la pérdida “de una gran persona que nos ha dado lo mejor de sí misma, sus experiencias, sus conocimientos, sus consejos, su humanidad y su amistad.”
“Salustiana, expresaba el primer edil de la localidad, no morirá nunca porque permanecerá en la memoria colectiva de su pueblo y de todos los que la hemos conocido. Año tras año nos ha dado auténticas lecciones de cómo vivir la vida, esa que ella ha recorrido a lo largo de más de un siglo, imponiéndose a las dificultades que ha supuesto para ella y su familia pasar dos guerras mundiales y una guerra civil.”
Ayer tarde, a las cuatro, el alcalde fadriqueño se unió a la familia, a sus hijos Telesforo y Juan Hidalgo, nietos y bisnietos, en el sepelio que tuvo lugar en la Iglesia Parroquial “Santiago Apóstol” para darle el último adiós a la mujer “que es historia viva de nuestro querido municipio, y que tanto nos ha alegrado con sus poesías recitadas de memoria, y toda la cultura que ha rebosado y que tan bien ha sabido transmitir a todos los que hemos tenido la suerte de conocerla.”
El Ayuntamiento de La Villa de Don Fadrique, quiere honrar así su memoria tras su muerte, como lo lleva haciendo desde que cumpliera los 100 años, cuando realizaba un particular homenaje en su casa, junto a sus hijos, nietos y bisnietos, y demás familia, regalándole un ramo de flores y una tarta, y acompañándoles en cada celebración.
“Nos sentimos muy honrados de haber tenido entre nosotros la oportunidad de conocerla, apuntaba González Checa, porque compartir y vivir junto a nuestra abuela que ahora nos ha dejado, sus vivencias y toda su experiencia era tan aleccionador que es difícil explicarlo con palabras.”
“Desde siempre ha rebosado juventud, alegría y mucho optimismo, y, como ella misma decía, mucho amor, claves todas ellas, a buen seguro, de su longeva vida. Su recuerdo permanecerá inalterable e imborrable entre nosotros y siempre la tendremos en nuestro corazón,” sentenció el primer edil fadriqueño, Juan Agustín González Checa, quien añadió sentirse “triste por la pérdida de una gran amiga y alegre por haber podido disfrutar de toda su personalidad tantos años.”