Una gran afluencia de público acudió a la primera edición de la Noche del Patrimonio Fadriqueño, en la noche del pasado viernes, 30 de agosto, a pesar de las inclemencias meteorológicas que, finalmente, dejaron realizar el recorrido que organizaron la Concejalía de Cultura y Festejos y la Asociación para la defensa de la Cultura y del Patrimonio de La Villa de don Fadrique, "Patrimonium Fadricensis", donde uno de sus miembros, Juan Carlos Mollejo Aparicio, fue el encargado de realizar la visita guiada y cultural nocturna, en una iniciativa que se encuadró dentro de la Programación del Verano Cultural. La visita empezó en la Plaza de la Glorieta, y concluyó en la Casa del Marqués de Mudela, situada en la Plaza Mayor.
Se empezó explicando la historia de La Puebla de la Isla, que, a partir de la Carta Puebla que otorgó el Maestre de la Orden de Santiago, el Infante Don Fadrique en 1343, con el Fuero de Sepúlveda, pasó a denominarse La Puebla de don Fadrique, nombre que perduró hasta que en 1916 se le cambió su denominación por la actual. La visita se inició narrando la historia de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, que data de principios del siglo XVI. De esa época conserva la portada occidental de estilo gótico y el baptisterio con bóveda del mismo estilo, que se encuentra situado en la base de la torre cuya construcción original se acabó en 1537. El actual campanario fue levantado a principios del siglo XX en sustitución del original que se encontraba arruinado.
A principios del siglo XVII, según los visitadores de la Orden de Santiago, fue ampliado el templo realizando de nueva planta la cabecera del mismo, la sacristía y la capilla del Nazareno. En la segunda mitad del siglo XVIII, probablemente a causa de un incendio, fue renovado casi todo su interior en el estilo tardo-barroco y neoclásico de la época. De entonces es la obra de la nave central con su bóveda de cinco tramos de cañón con lunetos, la capilla de la Inmaculada, la capilla de la Soledad, el Pórtico Meridional de estilo barroco y la ampliación que supuso la nueva capilla del Cristo del Consuelo, patrono de la localidad. También se conserva la pila bautismal fechada en 1548, de estilo gótico-plateresco, que fue restaurada en 1999.
Tras explicar estos aspectos se procedió a ver por fuera el antiguo hospital de peregrinos que la Orden de Santiago tuvo en esta población, cuyo edificio ocupa actualmente la casa parroquial, en el extremo este de la Plaza de España. Se trata de un edificio construido por la Orden de Santiago en 1515 para albergue de pobres y transeúntes, podría haber dado cobijo a los peregrinos del Camino de Santiago del Este que pasa por La Villa de Don Fadrique en su tránsito hacia la "ciudad de las estrellas". La planta baja data de principios del siglo XVI y conserva las dos portadas de piedra que daban acceso a las dos partes en que se dividía, una para hombres y otra para mujeres.
La siguiente visita patrimonial fue sobre un edificio que existió, pero que ya no se conserva, el antiguo pósito real, en lo que ahora son los salones de La Concordia, en el extremo oeste de la Plaza de España. Desde ahí se marchó por la calle de los Laras, frente a la torre de la Iglesia y el pórtico de estilo gótico. Allí se visitó la Casa de las Llaves y su escudo, típica construcción manchega con patio de columnas y corredores altos. La portada está labrada en piedra moldurada del siglo XVI. En el centro del dintel de la puerta luce un escudo con los emblemas del sacerdocio: la tiara pontificia y dos llaves cruzadas que simbolizan a San Pedro, el primer Papa de la historia, como guardián de las puertas del cielo.
Un poco más adelante se explicó por encima la casa de los Laras, uno de los edificios patrimoniales arquitectónicos que se encuentra en peor estado en el casco histórico fadriqueño. Se trata de una casa solariega de labor, propiedad de hidalgos acomodados que data de finales del siglo XVII. Conserva su patio de columnas y galerías altas, dependencias, corrales, cuadras y bodega. En el exterior muestra una portada barroca de piedra, de la que se está investigando la autoría al ser su talla muy parecida a otras de poblaciones cercanas, y completa la fachada una buena colección de siete artísticas rejas de forja de la época.
De vuelta por la Plaza de la Glorieta
La comitiva regresó a otro edificio emblemático situado en la Plaza de La Glorieta, la Casa de la torrecilla, una especia de casa fortaleza con murallas de tapial aspilleradas y una pequeña torre de piedra, que dio nombre a este conjunto arquitectónico. Como todas las fortalezas de la Edad Media, tenía un túnel que servía de escape en casos de apuro, la llamada "Cueva de la Torrecilla" sobre la que se han escrito y dicho muchas cosas y que ha quedado finalmente envuelta en la leyenda. La guerra civil de sucesión entre Juana "La Beltraneja" e Isabel "La Católica" fue el último episodio de esa larga cadena de enfrentamientos en el siglo XV castellano. Al ser Don Alonso de Cárdenas, Maestre de la Orden de Santiago en esas fechas, del bando de Isabel, fue derribada la Torrecilla por las huestes del Marqués de Villena al mando de Gonzalo de Villafuerte, del partido de "La Beltraneja". Esto ocurría hacia 1475.
Tras la relativa pacificación que trajo consigo el reinado de los Reyes Católicos, el edificio ya no se reconstruyó y, por la documentación que existe, se sabe que estuvo en ruinas prácticamente todo el siglo XVI. En el XVII estas ruinas fueron adquiridas por la rica familia de "Los Parreño" que lo volvieron a edificar y es cuando adquiere las características que actualmente conserva de gran casa solariega. En el siglo XVIII muere sin descendencia el heredero del mayorazgo, don Diego Antonio Parreño Ruíz de Alarcón, que lega todos sus bienes a la Iglesia, y en la desamortización es adquirida la casa por el Marqués de Mudela, Don Francisco de las Rivas, de cuyos descendientes pasó por venta a la familia España, en los años 40 del siglo XX. Ahora está dividida por el patio porticado que también se visitó.
Una de las leyendas que jalonan la historia de este edificio, cuenta que el Infante Don Fadrique se refugió en ella huyendo de su hermanastro Pedro I El Cruel y que, cuando fue interceptado, se escapó por la cueva con su caballo que tenía salida a un paraje cercano a la Laguna de "El Salobral". Esta cueva se ha visitado en el trascurso de las dos últimas ediciones de las Jornadas Fadriqueñas.
Desde ahí se bajó a la Casa de la Tercia por la calle del mismo nombre, que comenzó a construirse en 1506 por Pedro Naharro y la acabó Fernando del Provencio, el mismo arquitecto que construyó la primitiva torre de la Iglesia. Fue casa de bastimentos en un principio, para después utilizarse como edificio donde se guardaba la tercera parte de los tributos en especie cobrados por la Orden de Santiago y deducibles para la Corona. En la fachada, por debajo del alero, se conserva el escudo con las armas reales de Castilla y de León, acoladas por la Cruz de Santiago, por ser ya a principios del siglo XVI el rey, el Gran Maestre General de todas las órdenes militares.
Y desde ahí se se bajó hasta la esquina con calle Valencia, donde se situó la antigua ermita de la Vera Cruz, hoy desaparecida y cuyo solar lo ocupa una entidad bancaria. Y se concluyó en la Plaza Mayor con la visita a la casa y oratorio del Marqués de Mudela, donde concluyó esta primera edición de la Noche del Patrimonio. Data del siglo XVIII y es de características semejantes a la Casa de los Laras. Fue propiedad de la familia Parreño, ricos labradores de La Villa de Don Fadrique, que después pasó a ser de la Iglesia y en la desamortización fue comprada por el Marqués de Mudela, y, en los últimos hallazgos, se sabe que esta familia construyó una bodega. En la fachada que mira al mediodía, luce el escudo heráldico de los antiguos propietarios, que aún se está descifrando, y una portada de piedra que da acceso al antiguo oratorio privado que luego fue capilla pública.